
Por: Jorge Eduardo Morales
ballitomorales@hotmail.com
El 21 de diciembre Millonarios dejó de ser el único equipo en ostentar 13 títulos del fútbol colombiano, ahora comparte con el América de Cali el rótulo de “más veces campeón”, algo que más que previsible parecía inevitable, así muchos hinchas y simpatizantes del cuadro albiazul se resistieran a creer que en algún momento esto sucedería.
El 18 de diciembre de 1988 Millonarios daba su última vuelta olímpica en el nuevo estadio Metropolitano de Barranquilla tras empatar 1-1 con el Junior, en lo que fue la culminación de una excelente campaña : 29 fechas sin perder en su estadio y 26 partidos invicto, teniendo la valla menos vencida y la mayor cantidad de goles a favor. Una impresionante recepción esperaba al equipo, no solo en las calles de Bogotá, sino también en el Salón Rojo del Hotel Tequendama para celebrar al son de los Caribes.
Desde entonces los últimos 20 años del conjunto Embajador se han caracterizado por los fracasos continuos, apenas dos subcampeonatos, dos participaciones en Copa Libertadores, la obtención de la Copa Merconorte y una semifinal en la Copa Nissan Sudamericana, es el pobre balance que deja el que hasta el domingo era el más ganador de los torneos locales.
Los pésimos manejos dirigenciales que sumieron al club en una crisis institucional que tocó fondo en el 2004, cuando ante la incapacidad de pagar sus deudas que llegaban a los 12.000 millones de pesos, el entrante presidente Juan Carlos López logró un acuerdo con el gobierno nacional y la DNE (Dirección Nacional de Estupefacientes) para pagar lo adeudado mediante la ley 550 en un plazo de 17 años.
Francisco Feoli, José León Cuesta, Jorge Franco, Guillermo Santos, Santiago Rendón, Juan Carlos López y Luis Augusto García, son algunos de los principales responsables de la malversación de fondos, del ingreso de los “dineros calientes”, de perjudicar al club con el fin de obtener beneficio propio y sobretodo de la pésima situación tanto deportiva como institucional de Millonarios en estos 20 años.
Canteras que nadie sabe para que sirven (si es que sirven para algo), contrataciones que beneficiaron y benefician mas a empresarios que al club, jugadores indisciplinados y bebedores, técnicos que no han dado la talla ni han trabajado honestamente, la falta de intención para mantener a los ídolos en la institución, e incluso el irrespeto con estos por parte de los administradores han sido los comunes denominadores de las últimas dos décadas en el cuadro Embajador.
La historia hizo grande a Millos y como dicen por ahí “recordar es vivir”, recordar sus campañas, los excelentes jugadores que pasaron por sus filas y la lejana época del dorado es algo necesario. Pero esa historia hay que revalidarla y actualizarla, en lugar de jactarse con esas 13 estrellas obtenidas muchos años atrás y que un grueso número de los hinchas que hoy acompañan al equipo no pudo presenciar.
Asimismo es decepcionante para los hinchas darse cuenta que el cambio de directivos y el futuro del club no depende de ellos; que por más que se realicen marchas de protesta, que empapelen la finca, la sede administrativa y el Campín los que manejan el club no se van a ir y mucho menos la DNE va a permitir la venta de las acciones que actualmente posee a manos de particulares. Ojalá en algún momento quienes ahora manejan la entidad, decidan dar un paso al costado y darle lugar a otras personas con nuevas ideas que rescaten a Millonarios y no sigan jugando con una hinchada que hace 20 años sigue esperando lo mismo.
Por último, es necesario tener muy en cuenta la campaña del América de Cali, no solo porque ganó merecidamente el torneo y mostró el mejor fútbol durante el desarrollo de este, sino también por las ganas y el esfuerzo que realizaron a pesar de la crisis económica y del incumplimiento en sus salarios, tuvieron el carácter y el temple de poner por encima las ganas de gloria que el dinero. Ojalá esto sirva de lección a los jugadores de Millonarios quienes se han vuelto expertos en negociar el pago de premios en caso de clasificar a los cuadrangulares (como si esto no fuera su obligación) y en amenazar constantemente con entrar en paro donde se atrase algunos días los pagos de las quincenas. Desearía que toda esa sapiencia que tienen como sindicalistas la usaran para cambiar la historia de Millos a partir del próximo torneo.