Los Códigos no se manchan

Por: Cristian Mejía
chmejia@hotmail.com

Desde que Diego Armando Maradona se convirtió en el director técnico de la selección Argentina; esta ha comenzado a vivir un cambio importante. Ya no juegan “amistosos”, se convocan más jugadores locales y se habla más de la cuenta en los medios de comunicación nacionales y extranjeros.


Su labor desde el principio trajo reacciones
positivas y negativas. Las positivas son que
a pesar de no ser técnico tiene el poder de
hacer jugar a sus convocados como él quiere.
Además aprovechando que la mayoría de juga-
dores lo tienen a él como ídolo, se desviven
por jugar y ser parte de la Selección del ex
10 argentino.

Los negativos son la discusión con Julio Gron-
dona, Presidente de la Asociación de fútbol
argentino, por no haberle dado el visto bueno
de poner en el banco a Oscar Ruggeri. Adi-
cionalmente las constantes declaraciones en
los medios locales que no tienen tono y siempre
son fuera de lugar. Pero la más importante es
la siguiente, criticar públicamente el desempeño
en Boca Juniors de Juan Román Riquelme después de
haberle dado camiseta número “10” y haberlo nom-
brado ícono fundamental de su selección.

Cada vez que tuvo una oportunidad en los programas
de televisión y radio sus declaraciones eran las
siguientes: “Román es el “10” de mi equipo”,
cinco fechas jugadas del torneo argentino y cam-
biaron notoriamente: “Román tiene que desequilibrar
en los últimos metros, en la selección no puede
sacarle la pelota a Demichelis y Heinze”. Sin contar
las que hizo en radio, que fueron más duras con el
“10” Xeneize.

Esto colmó la paciencia de Riquelme que posterior
a las declaraciones renunció a la selección, por
segunda vez. Ya lo había hecho después del mundial
debido a que las duras críticas de la prensa estaban
afectando mucho la salud de su madre. Esta vez lo
hizo de una forma más contundente y en vivo para un
medio argentino, el “10” dijo lo siguiente: “Renuncio
a la selección por que el técnico y yo no tenemos los
mismo códigos”.

Las repercusiones fueron demasiadas: muchos apoyaron
al técnico y se dijo que muchos jugadores de la sele-
cción lo llamaron para demostrarle su apoyo y felices
por esa nueva decisión de Riquelme. Por otro lado,
jugadores y directores técnicos también le mostraron
su apoyo al enganche de Boca. Haciéndole saber una vez
más que los códigos en el fútbol se estaban perdiendo
y que a Maradona se le había ido la mano, pero más que +
la mano, la lengua; esa que nunca ha aprendido a manejar.

El domingo pasado, Boca enfrentó a Argentinos Juniors en
la Bombonera, pero esa no era la noticia. La noticia era
cómo iban a recibir los hinchas a su ídolo, si iban a estar
con el ídolo actual o con el de todos los tiempos, si
iban haber cantos en contra de Maradona, banderas o alguna
otra manifestación de los hinchas hacia él.


Así fue, el estadio se llenó y desde el principio hasta el
final se oyó de las tribunas el ya conocido: Riqueeeeeeeeelme”
y junto a este, los hinchas también se manifestaron con el:
“La selección, la selección, se va a la puta que lo parió”.
No hubo sorpresas, además de los cantos, hubo muchas banderas
criticando a Maradona, algo histórico en la cancha de Boca.

Boca ganó 3-0 y Riquelme jugó muy bien, como hace mucho no
lo hacía; jugó tranquilo con el apoyo de su gente y de sus
compañeros. ¿Será lo mejor para Boca?, ¿Pasará como en el
2007?; lo que todos saben ahora es que va estar dolido y
que él el dolor lo motiva más a jugar, así como en el 2007
cuando volvió a la Argentina y ganó la Libertadores ante
Gremio de Brasil.
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Ahora la selección se quedó sin el “10”, el que le dio la
mayoría de puntos en la eliminatoria y el que sin estar
bien fue clave para la obtención de ellos. Dos goles contra
chile: 3 puntos; dos contra Bolivia: 3 puntos; pase de gol
a Milito contra Venezuela: 3 puntos, pase de gol para el
primer gol contra Uruguay: 3 puntos. Un total de 12 puntos
de los 16 que tiene.

Este caso demostró una vez más que los códigos el fútbol se
están acabando o para hacer referencia a las últimas palabras
del discurso que hizo Maradona el día de su despedida
(“La pelota no se mancha”), acá sería: Los códigos no se
manchan.