El regreso más esperado

Cuando comenzó la temporada en el fútbol argentino, todos los equipos habían traído grandes jugadores para reforzar sus nóminas. Boca Juniors después de su sorpresiva perdida del título y con un cuerpo técnico nuevo, estaba obligado a reforzarse lo mejor posible y empezar una campaña que hiciera olvidar rápido el subcampeonato.

La llegada de Ricardo Lavolpe hizo que Boca jugará de una forma que nunca estaba acostumbrado. Llegó Miguel A. Russo y en su primera práctica enfatizó que iba a jugar con enganche; pero... ¿con quién?: en el plantel estaba Marino, pero sus malas actuaciones hacían pensar al entrenador en traer a otro. Sonaron: Leandro Gracián, Federico Insúa y como algo muy lejano, Juan Román Riquelme.

Este último estaba peleado con el técnico del Villarreal y con toda la junta directiva, que lo culpó de: "niño mimado". Román estaba cansado, no quería jugar más allá y extrañaba mucho a su familia; por eso decidió volver al lugar donde iba a ser querido por los hinchas y respetado por el cuerpo técnico, directiva y jugadores.

Después de una semana de idas y venidas, Riquelme llegó a Boca, no jugó el primer partido por que quería estar mejor físicamente; su regreso tan esperado fue ante Rosario Central, los hinchas bosteros lo esperaban con ancias, las boletas se agotaron en dos horas, era un regreso esperado, la gente quería ver al ídolo de nuevo. No fue buena su vuelta, se le vio cansado, falto de ritmo; fue un rendimiento muy pobre.

Hubo muchas criticas, pero él era consiente que jugando iba a recuperar la forma. Así fue, apareció contra Independiente, dos asistencias suyas, dos goles; en un partido en el que los Xeneizes no le encontraban la vuelta. El sabía que podía dar más y aunque fuera puteado por medio país, era adorado por la otra mitad, más uno.

Su rendimiento comenzó a subir, contra Estudiantes, Toluca, Chicago, Velez (campeonato, ida y vuelta de Copa Libertadores), Racing,Bolivar y Arsenal fue la figura de su equipo. Román volvía a las portadas de los periódicos en las que no estaba desde su pobre actuación en Alemania y desde que erró un penalti en la semi final de la Liga de Campeones, jugando para el Villarreal.

Para Boca es pieza fundamental, su experiencia ha ayudado a que los dirigidos por Russo salgan victoriosos en partidos que estaban perdidos. Para su técnico es clave y así lo dijo después del partido de vuelta con Velez Sarsfield: "Es el jugador que mejor entiende las cosas en la cancha, es muy claro y con su liderazgo le da mucha confianza a pibes como Ledesma y Banega".

Su apodo para los demás es "Pecho Frío", para los de Boca es "Roman". Sólo los que vemos fútbol sabemos que aunque sea "pecho frío", es una persona que dentro de la cancha maneja los tiempos bien y tiene una excelente panorámica. Muchos lo piden para la selección, a esta le hace falta un enganche y eso se demostró en el último amistoso. Pero otros no quieren que vuelva, sólo se puede concluir que la camiseta azul y oro no le pesa y que desde que llegó hasta que se fue y ahora que volvió, la ha sudado de la mejor manera y como pide siempre su exigente hinchada.