¿Una estrella o una Copa?

El fin de una temporada marca en cada deporte el renacer de una ilusión y el fútbol, como tal, como ‘Rey’ de esta categoría, no es la excepción. A medida que los meses transcurren y que se acercan las vacaciones, también se inician las negociaciones, los clubes grandes fijan su mirada en los mejores, los de más valor, los de actuaciones sobresalientes y en aquellos que les brindan la posibilidad de acceder a las copas, de ganarlas, de coronarse en tantas ocasiones como sea posible. Pese a esto todas estas ilusiones, toda esta inversión, toda esa alegría que se despierta con la llegada de estos jugadores al club de los amores, se queda muchas veces en eso, en simples sueños y en una alegría pasajera de comienzo de temporada.

Empieza entonces el debate entre las copas continentales y el torneo local o los torneos locales, tal es el caso de Europa, donde a la liga del país, se suman otras competiciones, es decir, si se habla de Inglaterra serían, Liga Premier, Copa Carling, Copa FA y Recopa o Community Shield –en esta se encuentran el campeón de la Liga Premier con el campeón de la FA-, sin embargo, este es un caso excepcional pues el resto de países europeos que tienen ligas importantes a nivel mundial manejan un sistema con una copa menos, es decir, se juega la liga principal o de primera división, una liga paralela donde juegan equipos de todas las divisiones y el ganador de estas dos se encuentra en un partido en cancha neutral que definirá de esta forma el tercer título. A todo esto se suman las competiciones continentales y ¿Qué vale más? ¿Con qué fin se han fortalecido los equipos y han sumado a sus nóminas jugadores de incalculable valor económico?

Serán entonces estas incógnitas las que de alguna manera intentaré tratar en este artículo. En este caso no pretendo hablar de la organización de los torneos, más bien intentaré referirme a la importancia de estos, a su significado entre la hinchada y el club mismo. Si se observa con calma el panorama del fútbol europeo actual a nivel de clubes y se hace énfasis en algunas de las ligas de mayor importancia, irremediablemente uno se encontrará parado frente a una conclusión:los campeones de los principales países no han tenido una buena actuación a nivel continental; Inter, Ajax, Manchester United, Lyon y hasta el mismo Barcelona, han quedado relegados en la Champions League pese a liderar sus ligas y aunque hay casos excepcionales como el de Sevilla que aún pelea por la “Liga de las Estrellas” en España, y dentro de poco jugará una final de Copa UEFA, en la mayoría de casos este ejemplo parece no repetirse.

Caso contrario se presenta en América pues si bien la Copa Toyota Libertadores está en una fase anterior a la de las copas europeas, son los equipos más grandes de cada país los que están peleando por conseguirla y de la misma manera se han logrado mantener estables en el torneo local, este es el caso de Boca Juniors, Cúcuta Deportivo, Libertad de Paraguay y América de México, entre otros equipos que aún mantienen la posibilidad de luchar por los dos torneos.

Pero a medida que los partidos transcurren los directores técnicos de cada equipo empiezan a rotar su nómina, la mezclan; algunos jugadores necesitan descanso y van a la banca, haciendo que el club se presente con una nómina mixta entre titulares y suplentes, la cual por más que se quiera evitar es una realidad ineludible.
Es en ese preciso instante donde empieza la irregularidad del equipo, la cual es mucho más fácil de reconocer en el torneo local, la carrera por la copa continental continúa mientras que el futuro es mucho más incierto en la liga de su país. De tal forma se llega a un punto de gran presión, o se gana uno o se gana el otro, pero el hecho de competir por los dos se hace casi imposible por las razones anteriormente mencionadas, pese a lo cual la exigencia de ganar se mantiene obligando a todos los equipos a decidir.

Habrá que ver qué vale más, si en realidad el torneo local es tan valioso como para no hacerlo de lado o si bien la fama y gloria internacional que se ganan coronándose a nivel continental, no tienen punto de comparación con el significado de una estrella más. La decisión recae entonces en directivos y cuerpo técnico, una decisión complicada pero que hay que afrontar pues sólo los equipos con nómina tan pareja y con capacidad de encarar dos o tres torneos tienen capacidad de concretar las hazañas, las proezas que los hacen grandes.

¿Y qué decir cuando no se gana nada? ¿Qué pasa cuando sólo se gana un campeonato? Es en realidad imposible saber qué vale más y cómo debe organizarse un equipo para resistir la exigencia que implica luchar por dos copas a la vez, sin embargo, no sé si se justifique esa alta inversión que se realiza a comienzo de temporada y que sorprende al mercado. Chelsea vinculó a dos de los jugadores más costosos del mercado europeo y sólo está luchando por la Copa FA. River en Argentina tiene una de las nóminas más costosas y no pasó de la primera fase en la Copa Libertadores, mientras que se aleja de la punta en el torneo clausura, todo esto se va dando con el paso de los días y así lo marca cada temporada; el equipo fracasa si no hay una victorias, pero el triunfo es relativo si no se gana todo.
Pocos equipos lo logran y sólo esos permanecen en el recuerdo. Para concluir se tendría que pensar en lo mejor para los equipos, si es mejor el fortalecimiento de un plantel con base en las estrellas, en la publicidad y en el mercado como en algún momento lo hicieron los mal llamados “Galácticos” del Real Madrid. O si mantener una base de jugadores que al ser reforzada supla los errores del pasado sea mucho más válido y de alguna forma resulte más económico.