Belluschi, un amor en decadencia.


Los pasos de Belluschi en River Plate se acercan cada vez más a aquellas palabras que nos recuerda un dicho popular, “Del amor al odio hay un paso”. El jugador que junto a Gonzalo Higuaín se consagró como lo más sobresaliente del club durante al año pasado, la ‘rompió’ en el verano 07’, ilusionó a los hinchas y ahora parece que sin un enganche sólo es una sombra perdida que tira la banda de capitán al suelo como un jugador caprichoso al que se le acusa de ‘pecho frío’.

A mitad del año pasado y con un River lleno de necesidades, la disputa entre el equipo de la banda y Boca Juniors por Fernando Belluschi ‘el jugador del momento’ se llevaba todas las miradas del periodismo. Era el reflejo de un súper clásico en el mercado de los jugadores en el cual Boca llevaba la ventaja pues tenía en su poder la mitad del pase del jugador rosarino, que había sido adquirido en 2005, mientras River, con algunos problemas económicos buscaba la mejor oferta para quedarse con este polifuncional volante.

La batalla se acentuaba con las palabras de los presidentes de cada club y mientras Daniel Pasarella decía querer a Belluschi en sus filas, Alfio Basile se mostraba casi escéptico ante el tema. Finalmente, y tras una oferta que superaba los 5 millones de Euros el club de Nuñez se quedó con el 80% del pase del jugador y gran parte de sus derechos deportivos, siendo esta una compra que llamaría la atención de propios y extraños por su valor dentro del fútbol local y por las palabras del propio Belluschi quien dijo simpatizar más con el club de la banda cruzada.

Con el paso de los días las necesidades del Club Atlético River Plate fueron creciendo José María Aguilar, presidente de la institución, sentía que había ganado una gran batalla ante Boca después de quedarse con el jugador, sin embargo, tras la eliminación de la Copa Libertadores las protestas de la afición no se hicieron esperar. El orgullo de la gente estaba por el suelo y la necesidad de un redentor era innegable, hecho que ni el mismo Pasarella podía remediar pues su amor al club y sus pedidos de paciencia se agotaban y eran cuestionados hasta por Germán Lux, lastimosamente despedido como un cualquiera pese a salvar de una humillación al arco millonario en constates ocasiones.

Y justo ahí, como un enviado del más allá, apareció Belluschi en todo su esplendor. El jugador diferente capaz de manejar el equipo y hacerlo rendir. El 8 era la salvación, corría, quitaba, pasaba y llegaba a gol, ¿qué más se le podía pedir? Lo que le faltaba lo logró en el clásico, figura indiscutible de este junto a Higuaín, su nombre fue coreado por un Monumental a reventar y el pedido de selección no se hizo esperar. River estaba de vuelta e iba por el campeonato, parecía que nada lo podía parar, sin embargo, la brillantez duró hasta el partido con Estudiantes donde todo se dañó y la ilusión de nuevo se tuvo que guardar.

El final de año no fue el mejor para todo el club de Nuñez, escándalos en la popular, bajo rendimiento por parte de los jugadores, Ortega mostraba su peor cara y el equipo jugaba por jugar, no tenía por qué luchar pues ya todo estaba perdido. Sin embargo, Belluschi, cotizado por Pasarella en 40 millones de dólares parecía tranquilo por el año que venía, ya que soñaba con un Revier campeón.

Fue en ese momento donde empezó la debacle, el 2007 cargado de ilusiones y grandes contrataciones hacía pensar lo mejor, jugadores como Galván que volvía al club después de su campeonato con el ‘pincha’ y Ponzio que venía de España, completaban una nómina costosa y cargada de fuerzas para enfrentar el apertura y la copa. La banda, encabezada por Belluschi, fue de lo mejor del torneo de verano, el volante ofensivo demostró que podía solo y se cargó al equipo al hombro en los superclásicos de Mar del Plata y Mendoza, todo era fiesta antes del inicio del torneo.

Pero cuando empezó el ‘clausura’ todo cambió, las necesidades crecían, las victorias eran apretadas y el equipo parecía cansado mientras todos se preguntaban por Belluschi. ¿Dónde estaba la figura? ¿Lo había dejado todo en el verano?

Los nombres no fueron suficientes, la ilusión de copa se acabó en cuatro partidos y Pasarella que había apoyado de todas las formas posibles al volante también se hartaba de su falta de ganas en la cancha. Ahora Belluschi era suplente y pasó de ser ídolo a villano, de un torneo a otro. Algunos lo defienden citando la falta de un enganche y los más apasionados lo rechiflan con cada pelota que toca, pierde o intenta enganchar. Belluschi se hunde y River parece, por el momento, seguir los pasos del jugador.

El semestre que viene se abre otra esperanza, pero el domingo pasado las cosas llegaron a su punto más alto cuando el ‘jugador de rastas’ tiró la cinta de capitán al suelo y salió disgustado del terreno de juego, la gente no aguantó más y ahí todo fue lo contrario al clásico, todos se unieron en un unísono grito de rabia mientras el ocho caminaba hacia la línea. Habrá que esperar entonces cómo siguen las cosas con la afición y con Belluschi, pero por ahora todo ese amor que hubo se perdió entre los muros del Monumental, mientras que la afición sueña con ver a su equipo de nuevo en la gloria que hace ya tiempo que no consigue.