Mono - Rah El Inmortal

El “mono” Navarro Montoya, el mismo que en la década de los noventa brilló en Boca Juniors y en el fútbol español defendiendo los tres palos, atajando cuan balón se le pasaba por el frente, ese mismo que nació en Medellín hace más de 41 años y que gracias a Aflio Basile debutó en Vélez en el año 84, ese que defendió los colores colombianos junto a Valderrama, Willingthon, Prince, y demás glorias olvidadas de nuestro fútbol.

Ahora con más de 20 años de carrera como portero, aguando el grito de gol en las tribunas, evitando que el objetivo del fútbol se cumpla, se encuentra parado por una lesión y a la espera de su pronta recuperación para volver a ponerse los guantes, esos que desde sus inicio como futbolista no se quiere quitar.

Montoya, el portero activo más viejo del fútbol argentino, y me atrevería a decir latinoamericano, se ha convertido en una especie de Munrah, un inmortal del fútbol, que a pesar de su avanzada edad para competir profesionalmente, sigue dando de si el 100% como un debutante. Sin embargo, su larga carrera más que alegrías y gratificaciones, está llena de tristezas y desilusiones, aunque eso si, goza de una hoja de vida intachable.

Para empezar, todas las copas que levantó, lo hizo con el equipo Xeneize, un apertura en 1992, la Súper Copa Sudamericana en el 89, la Recopa un año más tarde, y otras dos más que poco o nada de importancia se les dio, la copa Master sudamericana y la Copa Nicolás Leoz, 92 y 93 respectivamente.

De resto su carrera ha estado marcada por el constante pasaje por equipos de España, Chile, Brasil, y Argentina.

Pero lo que más sobresale en la carrera del “Munrah” Navarro, son los fracasos de sus equipos, sobretodo de unos años para acá.

No obstante, en los clubes por los cuales pasó, dejó su huella, incluso fue protagonista y candidato al título. Pero parece haber una constante en cuanto que desde la partida de Navarro de la portería de sus equipos, los goles llegan más fácil y los resultados son cada vez peores.

Desde su regreso al país que lo vio debutar profesionalmente, tras su paso por Deportes Concepción de Chile, la maldición “munriana” estuvo presente en cada club donde atajó.

Empezando por Chacarita que tras dos años bajó el arco funebrero, pasó a Independiente en 2004, mismo año en que Chacarita descendió a la segunda división. Tras la salida del Rojo de Avellaneda, el colombo argentino, fue a parar a Gimnasia de la Plata, pero Independiente, no volvió a ser protagonista del campeonato y vivió malas campañas, a pesar de tener a jóvenes promesas como Sergio Agüero y Oscar Ustari.

En el lobo platense peleó el campeonato con Boca Juniors hasta la última fecha, sin embargo, ese año el campeón fue el Xenieze y el portero terminó en Brasil. Desde la salida de Navarro del club Platense, el equipo se fue a pique, estuvo entre las últimas posiciones del torneo y en medio de grandes polémicas.

En Brasil, pasó como uno más de esos que vienen y van, y a pesar de su edad, confirmaba que no se retiraba del fútbol todavía.

Cuando regresó al fútbol argentino, llegó a Nueva Chicago, que descendió con solo 6 meses en primera, pero después de la salida del Mono, el equipo no levanta cabeza, no da pie con bola, y el sueño de regresar a primera está cada vez más lejos.

Ahora en Olimpo de Bahía Blanca, con el descenso a la vuelta de la esquina, ya no va más, no porque se quiera retirar, pero si por una lesión en uno de sus meniscos que lo alejará de las canchas por lo menos por unos 6 meses. Si se sigue cumpliendo la constante, el equipo bahiense descenderá y será sepultado en la B Nacional, al igual que Chacarita, Chicago con un rendimiento similar al de Independiente y Gimnasia hace unos pocos meses.

Hasta cuándo perdurará la maldición de Munrah, ¿hasta su retiro?, ¿hasta que cuelgue los guantes?, por ahora los equipos descansan de no tenerlo defendiendo sus redes, pero cuando regrese, se preocuparán más por lo que le pase al equipo después de que se vaya, que por los goles que pueda recibir.