Knock Out


Se acabó el torneo para dos de los equipos más grandes de Colombia. Por un lado un equipo acostumbrado a ganar cosas y a ser catalogado como el mejor, desilusionó a propios y extraños al no clasificarse a los cuadrangulares finales. Por el otro, un equipo que pide a gritos una estrella más, que hace 20 años no gana nada y que su fiel hinchada a pesar de todo, como ciegos, lo siguen acompañando. Atlético Nacional, bicampeón colombiano y Millonarios, el equipo más laureado del país cafetero.

Nacional

El 2007 fue un año soñado para el Atlético Nacional: no sólo consiguió los dos campeonatos del año, sino que además fue el primero de la reclasificación. Ese rendimiento espectacular hacía pensar que el 2008 iba a ser un gran año no sólo en el campeonato nacional, sino en la Copa Libertadores.

Pero la realidad fue otra. En este primer torneo del año, Nacional tuvo una de las peores actuaciones de los últimos tiempos y como resultado se quedó por fuera de los cuadrangulares de la copa Mustang, cosa que no sucedía desde el Finalización del 2005. El conjunto verdolaga exhibió un juego precario, sin ideas, en el que sólo sobresalieron algunos chispazos de genialidad de Camilo Zuñiga, Arrué no pudo llenar el espacio que dejó Aldo Leao Ramírez, así que el equipo verde no tuvo un conductor eficiente para su juego. En resumen, el rey de copas colombiano cumplió un papel desastroso en el campeonato local, en el que llegó a la última fecha de la fase de todos contra todos aferrándose a una vaga esperanza de clasificación con olorcito a milagro, dependiendo de otros resultados para poder pasar. Sin embargo ni siquiera pudo ganar su partido contra el Huila.

Por otro lado, la actuación en la Copa Libertadores también dejó mucho que desear. Nacional clasificó a la segunda ronda de la copa con ocho puntos, mientras hubo equipos con nueve que se quedaron por fuera de la competición. Pero más allá de esto, Nacional jugó un fútbol que sin duda no lo iba a llevar muy lejos en la copa y efectivamente sólo llegó a octavos, donde jugó con Fluminense.

Amargura, tristeza y decepción, son algunas de las sensaciones del hincha verdolaga. Parece que “el soy del Verde, soy feliz” que cantan con orgullo en la tribuna sur del Atanasio Girardot, no se oirá por un buen tiempo.

Millos

No es nuevo que Millonarios quede eliminado de los cuadrangulares finales del fútbol colombiano, tampoco que le falten 2 centavos pal peso. Año tras año y con el inicio de cada torneo de la Copa Mustang, los hinchas azules se ilusionan con ver a su equipo de nuevo campeón y celebrar de una vez por todas la maldita y esquiva estrella 14.

Gastritis, estrés, dolor de cabeza, malestar estomacal, son síntomas que aficionados al equipo Embajador están acostumbrados a vivir en las instancias finales de cada torneo. Siempre se preocupan por sumar todo lo que le queda al final y no se ponen las pilas desde el principio. Tal como el estudiante vago que solo se preocupa al fin de la cursada y ve como el mundo se le viene encima si no aprueba. Así es Millonarios: vago, perezoso y holgazán.

Este año, empezó como siempre, con la ilusión en el corazón de los hinchas, se mantuvo la base de un equipo que viene de años atrás y se reforzó mucho en la delantera para que trajeran los goles que casi ni se vieron. Vanemerak, querido e idolatrado por la afición actual y aquella que vio a Millonarios campeón hace 20 años, salió por la puerta de atrás demostrando que en el fútbol se dirige con la cabeza y no con el corazón.

Un torneo que se fue y no será. Se viene el finalización y habrá que esperar con que viene Millonarios, cómo calmará las ansias de una hinchada que hace dos décadas no lo ve ganar nada. Qué sorpresas traerá, hasta cuándo durará tanta incompetencia, son algunos de los interrogantes que los hinchas del “Millo” se hacen y no encuentran la respuesta.


Por: Andrés restrepo e Iván Andrade

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