La zurda de oro del Sevilla

Por: Mónica Amézquita
amezquita.mo@gmail.com

Un 28 de agosto la despedida era dolorosa e inesperada. El dolor de una ciudad, de un pueblo, de una afición apasionada por el fútbol se hizo presente. Aquellos personajes que la cancha ve crecer y que la hinchada comienza a tener en el corazón, a veces se van y dejan huella para siempre, tal como fue lo hizo el zurdo que vestía la casaca 16 del club sevillano.

Tal vez sea reciente para hacer un Recordando de Antonio Puerta, pero su recuerdo vive latente en cada hincha del fútbol. Su muerte, el 28 de agosto del año pasado en una sala de cuidados intensivos de un hospital sevillano, llenó de tristeza a toda una afición y a todo un país, sin contar la conmoción que vivió todo el mundo, al ver como el corazón de un “Titán” dejaba de latir.

Tres días antes, durante un partido contra el Getafe, Puerta cayó desmayado en un rincón del estadio. Había sufrido varios paros cardiorrespiratorios que lo hicieron agonizar dentro del terreno de juego. Sin embargo, haciendo alarde de su fortaleza y de su ímpetu, se levantó, se recuperó y salió caminando hacia el camerino. desafortunadamente su cuerpo no resistió aquellos ataques y a los pocos días murió.

El niño querido del Sevilla, nacido en esta ciudad y amado por sus paisanos, pasó a la historia de toda una afición que se llenó de lágrimas en su despedida. También de felicidad gracias al regalo que Puerta hizo una tarde y que perduraría en la historia por la eternidad. El 27 de abril de 2006 los corazones sevillanos volvieron a inflarse de esperanza, después de venir de una larga racha de derrotas y desazones. Antonio Puerta se convirtió en el héroe de la hinchada que lo acompañó en aquel partido frente al Schalke 04 alemán y de todos aquellos que vivieron con emoción la volea del zurdo querido. El gol al minuto101 le daba el paso al club rojiblanco a su primera final de la Copa UEFA, de la que resultarían vencedores.

Después de 44 años, la alegría volvía a los hinchas palanganas
La nostalgia con la que la joven promesa del fútbol español fue despedido refleja el lugar que la zurda de diamante se había ganado en sus cortos 3 años en el fútbol profesional. Su carrera deportiva marcó el nacimiento de un nuevo Sevilla, fortalecido y engrandecido. La muerte de Puerta significó el adiós al héroe del gol del Sevilla, pero también al héroe español de la medalla de oro de los Juegos del Mediterráneo de Almería del 2005. El canterano dio el primer paso, o más bien, anotó el primer gol de una serie de goles que le darían al equipo sevillista cinco títulos en tan solo 15 meses, victorias que se completarían con la conquista de la segunda Supercopa europea que si bien ganó el conjunto del Milán de Italia, brindó el trofeo al recién fallecido.

Durante su vida se hizo merecedor de títulos y reconocimientos, el más importante: el amor de toda una afición y la credencial del jugador que cambió la historia del Sevilla Fútbol Club. Después de su fallecimiento recibió múltiples dedicatorias, la Medalla al Mérito Deportivo y dejó un heredero que hoy, al aniversario de la muerte de su padre, cumplió 10 meses de nacido. Antonio Puerta permanecerá inmortal en cada corazón sevillista y en la memoria del fútbol español.