Los pibes de oro


Por: Andrés Restrepo
andres@depuntazo.com

Argentina cumplió con las expectativas que se le tenían y se quedó otra vez con la medalla de oro en los olímpicos, repitiendo la hazaña de hace 4 años en Atenas. Riquelme, Messi, Agüero, Gago y el resto de las estrellas brillaron al son de Sergio Batista, el director de la orquesta que le dio el único título importante en cuatro años a la que fue hasta hace poco la selección número uno del mundo según la FIFA.


No obstante, aunque un título olímpico no deja de ser majestuoso, ni deja de alegrar a la gente que sigue a la selección Argentina, no es un Mundial, ni una Copa América, donde todas las selecciones van con lo mejor de si para tratar de quedar en lo más alto.

No es por desmeritar el título obtenido por la Albiceleste en China, pero hace cuatro años, cuando la selección dirigida en ese entonces por Marcelo Bielsa, estaba en lo más alto del podio en Atenas, se dijo que ese equipo iba a ser el próximo campeón del Mundo, pero dos años después en Alemania, se quedó en cuartos de final y le dijo Adiós al sueño. Por si fuera poco, perdió las finales de la Copa Confederaciones y de la Copa América, quedando en un segundo puesto pero con la amargura de no ganar nada.

Esta medalla obtenida en Beijing es el premio consuelo para la gente que no veía a su selección ganar algo importante desde la última olimpiada, pero todavía aquella generación, sumada a gran parte de la actual, está en el deber de ganar algo importante y ante equipos de la misma talla. Pues en los olímpicos las selecciones están conformadas por juveniles y uno que otro profesional, dejándole ventaja a equipos como el argentino cuyos jugadores son figuras en sus equipos a pesar de su corta edad, caso Messi, Lavezzi, Agüero y Gago.

Sin embargo, el equipo que dirigió Batista, ex campeón mundial con la Albiceleste en el 86, junto a Maradona, Pasarella, Fillol, etcétera, es una generación de oro al igual que muchas otras que prometen mucho y al final terminan desilusionando. Este torneo que fue corto, le dejó muchas cosas positivas a la selección, más allá del título de campeón.

Le dejó un nuevo record Olímpico al ganar 9 partidos consecutivos, incluyendo los seis partidos de Atenas 2004 y tres de la serie de grupos de Beijing, cuando se impuso por 2 a 0 ante Serbia. Después le ganó a holanda en tiempo extra, por 1 a 0, Brasil 3 a 0 y Nigeria 1 a 0 en la final, ampliando por mucho más el record argentino.

Además le dio oportunidad a una joven defensa como la que se vio en China, conformada por Ezequiel Garay, Fabián Monzón, Pablo Zabaleta y Nicolás Pareja. Que se mostró sólida y firme, dándole la seguridad al equipo en la parte defensiva.

Gago mostró su gran nivel y ratificó por qué es jugador del Real Madrid, al igual que Agüero del Atlético de Madrid y Lavezzi del Napoli italiano. Messi, no defraudó y en compañía de Riquelme manejaron los hilos en el medio campo argentino. Di María se ganó a la hinchada con los goles que le dieron el paso a la semifinal ante Holanda y el que le dio el título ante Nigeria.

Una selección y unos jugadores que valen oro, salieron campeones en el mundial sub. 20 de Canadá, y ahora ratificaron el poderío que tienen como equipo con el bi campeonato olímpico.

Un país que pide a gritos un título mundial y que goza de tener una de las mejores selecciones del planeta pero que le toca conformarse con los segundos puestos y títulos que no están reconocidos por la FIFA.