Un Brasil distinto, disminuido y muy táctico.

Por: Sebastián Heredia
sebastianheredia@hotmail.com

Cuando se habla de Brasil dentro del fútbol, se entiende que se está hablando de juego bonito, de grandes campeonatos, de excelentes selecciones a lo largo de su historia, de grandes figuras y hasta del mejor jugador del mundo para muchos.
Pero ¿Qué ha pasado desde hace dos años con la más laureada de las selecciones futbolísticas a nivel mundial? En el 2006, cuando la federación brasilera de fútbol decidió nombrar como nuevo entrenador a “Dunga” en reemplazo del ex campeón mundial Carlos Alberto Parreira, se sabía que una nueva era en el fútbol brasilero había llegado, y no solo porque el actual técnico es un técnico joven, que nunca había dirigido en algún equipo, sino por su manera de ver el fútbol y de jugarlo.

Dunga, fue campeón con la selección brasilera en el mundial de 1994 donde fue capitán, y jugaba de volante de marca, era un jugador muy técnico pero a la vez muy táctico por la posición en la que se desempeñaba. Su forma de ver el fútbol es igual a como la vivió. Le gustan los equipos tácticos, bien parados en la defensa, y muy seguros, con mucha tenencia de balón y la explosividad en los delanteros no es su fuerte.

¿Qué tan bueno puede ser un estratega tan táctico, para una selección que se ha caracterizado por la excelente técnica de sus jugadores y su impresionante forma de ir al frente con el balón? La respuesta es clara, no es la mejor opción. El Brasil de Dunga es un equipo pausado, con mucha tenencia de balón y no tanta explosión en el frente de ataque como nos tiene acostumbrados a jugar el scratch. En los juegos olímpicos vimos un Brasil disminuido, con poco talento, muy correlón y un equipo que pega demasiado para la excelente técnica de sus jugadores. ¡Ojo! no todo fue culpa de Dunga, los jugadores que estuvieron en los pasados juegos olímpicos no pasaban por su mejor momento, además de contar con una serie de jóvenes que jugaban por primera vez un torneo de tal magnitud.

Por otro lado, el quinto puesto en las eliminatorias actuales, deja mucho que desear del equipo brasilero. Un equipo con tantas figuras y tantos jugadores de renombre no puede estar peleando en la parte media de la tabla un cupo para el mundial del 2010.

Dunga sin lugar a duda es uno de los directos responsables del difícil momento que se vive en el país de la samba, pues es el encargado de llamar, y escoger a quienes deben según él representar la camiseta más importante del fútbol mundial. Es angustioso ver a semejantes jugadores jugando mal al fútbol, quizá porque no pasan un buen momento o porque el planteo táctico del técnico no es el más conveniente, la segunda opción es más preocupante, pues un bajón futbolístico lo tiene cualquiera, pero la decisión de implementar un modulo táctico tan contrario al que se viene implementando en Brasil, es una decisión muy riesgosa por parte de Dunga, a tal punto de estar pre avisado por la federación y estar condicionado a ganar todo lo que venga para el equipo.

Ojalá por el bien de Dunga, de Brasil y del buen fútbol que este episodio opaco de la mejor selección del mundo sea pasado y que de acá en adelante vuelva ese fútbol brasilero al que estamos acostumbrados, un fútbol con enganches, gambetas, goles inimaginables y sobre todo lleno de talento y donde sobre la alegría para jugar el deporte más hermoso del mundo.