Dos caídas que dolieron

Por: David Sanchez Bermudez
davidsanchezbermudez@hotmail.com

La selección colombiana de fútbol y todo el país cafetero lloran el presente de la tricolor; la verdad no es de las mejores actuaciones del país en los últimos años en eliminatorias. Colombia inicio bien, no jugaba unos buenos partidos, pero ganaba que era lo importante, el pueblo colombiano se imaginaba un cambio de juego y de actitud en el compromiso contra los uruguayos, pero resultó ser una noche triste para los del amarillo, azul y rojo.

Salió Colombia al Campin en Bogotá, para dar inicio a su respectivo calentamiento y tan pronto los jugadores tocaron gramilla, se escucharon miles de gritos de emoción y de apoyo por parte del público hacía la selección invicta hasta ese entonces; luego de unos minutos aparecieron en la cancha los uruguayos, quienes fueron chiflados y ofendidos por los espectadores que llenaron casi en su totalidad el estadio.

Los himnos de cada país y la apretada de manos prometían que lo que se vería en el campo de juego iba a ser espectacular, y así fue, pero para los Charruas, quienes desde el minuto 14 con un excelente cabezazo de Sebastián Eguren, se fueron adelante en el marcador. La primera parte de este compromiso terminaría así, con un decepcionante 0-1 y dando como ganador parcial a Uruguay, que en últimas parecía más local que Colombia, pues sus jugadores corrían mucho más rápido que los cafeteros, dando muestra de un nivel superior. Hombres como Cristian el cebollita Rodríguez, quien literalmente enloqueció a Camilo Zúñiga por el sector derecho de la cancha, ni hablar del atacante del Atlético de Madrid, Diego Forlan, fue toda una maquina en el ataque y arroyó a cuanta marca se le presentó.

Para el segundo tiempo, Colombia mostró una nueva cara y asumió este partido con un poco más de ganas, pues en la primera etapa no se mostró la categoría de la que están hechos hombres como Falcao García, Geovanny Hernández, Vargas, Rodallega y Aquivaldo, entre otros. Se dice que no están bien acompañados, que Pinto no los sabía ubicar o que existían imposiciones por parte del estratega colombiano, en fin, sea lo que sea estos jugadores son grandes animadores en sus respectivos clubes, tanto así que cuando no son tenidos en cuenta en la formación titular, la hinchada los reclama.

La selección de Jorge Luis quería empatar y ganar el partido, tanto así que se sacó a un volante de marca por uno de creación, Macnelly Torres era el elegido para acompañar las creaciones del príncipe Hernández, pero ni esto ni las pocas ideas de fútbol que se dieron en la cancha, sirvieron para empatar un compromiso en el que se hizo estrella el arquero Juan Castillo, lastimosamente no hacía valer lo que tanto proclama la FIFA, el juego limpio, pues sus saques eran tan demorados que hasta el juez central lo notó y le mostró el cartón amarillo.

Al final, todo Uruguay terminó metido en los tres palos y la celebración por la victoria como visitante sobre Colombia fue como si hubiesen ganado la Copa Mundial de fútbol. La verdad los uruguayos hicieron un muy buen partido, desde la estrategia de su técnico, hasta la aplicación de ésta por parte de los jugadores.

Colombia culminó este partido con un sabor de derrota muy fuerte, era un rival directo al cual se le habían cedido 3 puntos; ahora la mirada de la tricolor estaba en Chile. Pinto reconoció que jugó mal y como siempre después de perder un partido, prometió ganar el siguiente, sin embargo. así no fue, los cafeteros le dieron una nueva tristeza a su pueblo al caer humillantemente 4-0 frente a los australes.

La ilusión de ganar este encuentro era grande, Colombia no perdía hace mucho tiempo en Chile y se había convertido en el papá de los rojos, la gente en las calles colombianas tenía mucho optimismo en su selección, creían que partidos malos como el de Bogotá contra Uruguay los tienen todas las selecciones.

Los primeros 10 minutos fueron prácticamente de toma y dame, pero luego de este tiempo se vino la furia chilena encima y a los 26 minutos Gonzalo Jara marcaba el primero de la noche, los de la estrella solitaria estaban inspirados y daban una cátedra de fútbol a los colombianos, tanto así que una de sus estrellas, Humberto Suazo, anotaba el segundo a los 38, luego Ismael Fuentes a los 48 ponía el 3-0. Así se irían al vestuario los oncenos.

Para la segunda parte, los hombres de Pinto intentaron salir con otra actitud, pero eso fracaso, la mentalidad de perdedores que tenían esa noche los jugadores colombianos no los dejaba ir más allá del resultado negativo. Chile se acercaba cada vez más al cuarto, la gente coreaba un ole ole ole ole, los de Bielsa eran unos magos con el balón y de tanta magia que hacían con el esférico, terminaron de humillar a la tricolor con el 4-0 definitivo que marcaría Matías Fernández a los 71.

Colombia perdió 6 puntos con rivales directos, quedó en la sexta posición de la tabla y se la tendrá que jugar toda con un nuevo conductor, Eduardo Lara asumió el papel como director técnico encargado por dos partidos; uno contra Paraguay (el mejor de las eliminatorias) y el otro con los brasileros, compromisos que de perder dejarían con mínimas posibilidades a los colombianos. Lara no quiere dejar a sus muchachos de la Sub 20, por eso los directivos de la Federación deben apresurase en buscar un nuevo técnico que tenga la capacidad de dirigir un grupo que armo Pinto, bueno si lo que se desea es clasificar hay que contratar un timonel sin roscograma.