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Gabriel Heinze, uno de los defensores argentinos que más brillo tiene en el fútbol europeo, de los que más ha vestido la camiseta celeste y blanca y del que la semana pasada se habló mucho, especulando que renunciaría a la selección, es el jugador de la semana en Depuntazo, conozca sus inicios, su paso al exterior, sus logros y su presente como uno de los más experimentados jugadores del conjunto que dirige Alfio Basile.
De pibe solía pasearse por los campos y potreros de su tierra natal en Crespo, Provincia de Entre Ríos a unos 600 kilómetros de la capital argentina. Sus gustos y afinidades se inclinaban hacía un solo lado: el fútbol. Con amigos y vecinos de su pueblo, empezaba a dar sus primeras muestras de talento y entrega que lo caracterizan y que muestra en cada partido.
Hijo de una familia con descendencia alemana, y el segundo de tres hermanos apasionados por el fútbol y por el deporte, tuvo sus primeros pasos como jugador en el Cultural Crespo, el equipo de su pueblo de donde gracias a su velocidad y a su persistencia en la marca pasó a Newell’s Old Boys de Rosario.
Con apenas 19 años y con todo un futuro por delante, debutó con la camiseta leprosa en el año ’97 en donde sólo jugó ocho partidos y fue transferido al Valladolid de España. Estando en el país ibérico y sin experiencia en primera división, el “gringo” estuvo cerca de año y medio sin jugar y no fue tenido en cuenta ni en los entrenamientos del equipo español. Por tal razón los dirigentes del club decidieron cederlo al Sporting de Lisboa donde si jugó y además tuvo como compañero al argentino “Beto” Acosta. En 1999 volvió al Valladolid y gracias a lo hecho en Portugal, se ganó la titularidad en el equipo. En ese mismo año fue llamado por José Pekerman para ser parte de la Selección sub 23 que disputó en Brasil el preolímpico de Sidney.
Luego de dos años en España, fue transferido al Paris Saint Germain de Francia, donde salió campeón de la Copa Francia en el 2004 y el subcampeonato de la liga en el mismo año. Allí jugó con Juan Pablo Sorín, compañero de equipo y de selección, con apenas 25 años debutó en la selección mayor de su país en un partido que Argentina venció a Libia por 3 a 1.
Desde su primer partido en la Selección argenina dejó claro que lo que le iba a sobrar era la entrega y el amor por la camiseta. Tanto así que en muchos de los partidos que disputó, fue la figura de la cancha a pesar de no hacer goles. Heinze, como desde sus inicios en los potreros de su pueblo, era incansable, no daba pelota por perdida y siempre dejó el alma en la cancha.
Esa entrega lo llevó a ser parte del equipo olímpico argentino que manejó Marcelo Bielsa en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde obtuvo la medalla de oro, siendo él uno de los refuerzos que llevó el equipo a Grecia.
La sobriedad que siempre ha tenido en la cancha la llevó al Manchester United en el 2004, donde se convirtió en uno de los íconos del conjunto inglés, jugando 56 partidos y marcando cuatro goles. Sin embargo, una lesión de rodilla lo alejó de las canchas y marcó la salida del equipo rojo.
Luego de varios intentos del jugador por ser transferido al Liverpool las negociaciones y las ofertas llegaron por otro lado. En agosto del 2007 el Real Madrid desembolsó 10 millones de Euros por el pase del lateral de la selección argentina y adquirió una nueva figura para el equipo crema español.
Con una vida futbolística hecha en Europa y con la técnica que tiene en la sangre de argentino, el gringo pasó a ser referente de la selección. Junto a Roberto Ayala fueron la defensa del equipo que dirigió Pekerman, tanto en las eliminatorias, como en el Mundial de Alemania. Ya con el Coco Basile como entrenador argentino, el entrerriano siguió siendo parte de la defensa, demostrando su experiencia en el fútbol europeo y aportándole al equipo todo su potencial.
Sin embargo, sus continuidad con “a celeste y blanca está en duda desde que Argentina perdió la final de la Copa América del 2007 frente a Brasil, pues tanto él como su compañero y amigo el “ratón” Ayala, fueron acusados por la prensa local y por los propios hinchas como los culpables de aquella derrota.
Hoy por hoy el presente de Heinze no es el mejor dentro del equipo dirigido por Basile, su flojo rendimiento ante Paraguay por la fecha que pasó de las eliminatorias a Sudáfrica, encendieron las alarmas de que algo no andaba bien en el gringo. Basile decidió cambiarlo para la segunda parte y no fue tenido en cuenta para el partido contra Perú.
Sin embargo, el propio jugador estando en España y tras el bombardeo de críticas que se le hicieron en Argentina, desmintió su supuesta renuncia a la Selección y como es de su costumbre, dejó claro que para él lo más importante en su vida es llevar puesta la camiseta argentina. Dejar todo en la cancha, con huevo y corazón lo llevaron a ocupar el lugar que hoy tiene en el Real y en su país, ese mismo que ha ocupado dentro de cada hincha de los clubes donde jugó.