De jugador a técnico,


Por: Andrés Restrepo
andrespepo@gmail.com

Diego Armando Maradona es para muchos el mejor futbolista de todos los tiempos. Para otros cuantos es un escándalo como persona que no merece tal reconocimiento como “dios del fútbol”. Pero lo que la mayoría concuerda es que el 10 argentino es un fracaso como DT. Hace 14 años tuvo su debut con Deportivo Mandiyú, un equipo que tras la campaña del 94 descendió.

El “pelusa” ya retirado de la actividad profesional como futbolista, además de estar suspendido por la FIFA tras dar positivo en un control antidoping, tuvo una oferta de un modesto club correntino que militaba en la primera división argentina para ser el técnico en compañía de Carlos Fren.

Roberto Cruz, presidente del equipo, adquirió al club por cerca de dos millones de dólares, contrató a Sergio Goycochea como arquero y a Maradona como entrenador. Con el lujo de tener a dos jugadores mundialistas como atractivos, el éxito en taquilla estaba casi asegurado para salvar al equipo de la quiebra. Después de varias semanas de incertidumbre sobre si el 10 aceptaba la oferta o no, por fin llegó el día.

El 3 de octubre se cerró la contratación y una semana después, en un domingo soleado del 9 de octubre de 1994, el astro argentino hacía el debut en su faceta como entrenador. En cancha de Mandiyú recibió a Rosario Central y cayó derrotado por 2 a 1, resultado que rompió la cábala popular que dice que “técnico que debuta gana”. El “10” acostumbrado a estar dentro de la cancha tuvo que conformarse con dirigir a su equipo desde la tribuna, ya que al no tener título de técnico, no podía estar en el banco, así que desde allí, lejos de la acción y del césped, tuvo que soportar su primer partido como DT.

Esa campaña de “Diego” al mando de los algodoneros terminó rápida y trágicamente, después de dos meses al mando del equipo sólo obtuvo una victoria, seis empates y cinco derrotas. Luego, tras diferencias con los directivos, presentó su renuncia y le puso fin a su primera experiencia como director técnico. Mandiyú perdió la categoría y posteriormente desapareció por problemas financieros.

Tras la mala experiencia que tuvo Maradona dirigiendo un equipo chico y de provincia, meses después tuvo la posibilidad de dirigir a Racing de Avellaneda, repitiendo la formula con Carlos Fren, y terminando una floja campaña que duro cuatro meses con resultados obtusos y que decretaron su salida. En dicha gesta la Academia ganó sólo dos partidos, empató seis y perdió tres.

Ya con dos experiencias malas dirigiendo en menos de seis meses, Maradona le apunta a dirigir a su equipo del alma: el azul y oro con el que ganó el Metropolitano del 81 y de donde salió directo al estrellato como jugador de club y de selección. Sin embargo, en Boca ya tenían técnico y deciden no contratarlo ya que no era necesario. El “10” empieza a ponerse en forma para su vuelta a las canchas después de la sanción impuesta por la FIFA y en septiembre del 95 volvió a vestir los colores del club Xeneize.

Queda claro que el mejor jugador de todos los tiempos no tuvo buenas experiencias al mando de un equipo. Tal vez esa técnica que siempre tuvo, fue incapaz de transmitirla a otras personas. Bastaron dos equipos, seis meses y poco más de 20 partidos para demostrar que Maradona era mejor adentro que fuera de las canchas. Sí no, queda como prueba los constantes exámenes que dieron positivo por consumo de cocaína y que terminaron con la carrera del jugador más amado por los argentinos. Su última batalla, el 26 de octubre del 97, día en el que Boca venció por 2 a 1 a River Plate y en la que fue reemplazado por Juan Román Riquelme.