River no convence


Por: Federico Arboleda Londoño
fedeguia@hotmail.com

El torneo Clausura 2008 marcó el fin de una racha de cuatro años sin conseguir títulos a nivel local para River Plate. Todo esto después de largos procesos y una infinidad de entrenadores y jugadores que poco o nada pudieron hacer por darle al millonario el lugar preponderante que siempre tuvo en el fútbol argentino y mundial, recordando también, que este ya van doce años desde la última vez que el equipo de la ‘banda cruzada’ tuvo en sus manos la Copa Libertadores de América.

Desde el Clausura 2004, cuando el equipo salió campeón con Leonardo Astrada a la cabeza, se han vestido con la camiseta del ‘millonario’ todo tipo de jugadores, desde esos que sustentan el mito del regreso de los grandes, hasta los que más brillaron en equipos de Argentina, del extranjero y aquellos que por extrañan razones llegaron al club sin mostrar un rendimiento sobresaliente, pero que aún así no lograron nada, o por lo menos no algo más importante, que lo hecho por los propios jugadores de la cantera riverplatense al momento de jugar en el equipo de ‘Núñez’.

Y es que hablando de eso hay que dejar en claro que los dirigentes e inversionistas no se han privado de ningún gasto (o gusto) cuando se trata de invertir dinero para el comienzo de cada temporada, lo cual queda claro con casos como el de Ariel Ortega, quien no pudo superar un problema con el que carga desde hace ya varios años y que le ocasionó la salida del club de sus amores por la puerta de atrás después de sus conocidos y cada vez más frecuentes ‘faltazos’.

No siendo esta la única situación, hay que recordar lo sucedido con Daniel Passarella, quien fuera insignia de River en las décadas del 70´ y el 80´ formando como defensor y triunfando con la selección de su país, pero que tras intentar liderar el equipo como director técnico, en su segunda etapa en este puesto, fracasó rotundamente y dejó sumergido al club que le había dado todo en una profunda crisis institucional de la que aún parece no estar recuperado del todo.

Estos son sólo dos de tantos casos que se han presentado en el equipo que ahora dirige Diego Simeone y en el que un campeonato sirvió para calmar las alarmas que ya venían encendidas desde hace tanto tiempo pero que ahora se ahogan entre los que recuerdan el título conseguido en junio y sueñan con la Copa Suramericana, un campeonato siempre esquivo para este plantel. Aún así creo que el hincha de ‘millonario’ no puede estar satisfecho, ya van corridas nueve fechas del torneo local y el equipo está anteúltimo, no juega bien, todas las esperanzas están puestas en la Copa y de no conseguir ese título la gestión del técnico se podría asumir como otro fracaso.

Todo eso, sin contar que de nuevo la inversión realizada para contratar refuerzos fue importante. De Uruguay llegó con bastante interés Robert Flores, un desconocido que fue el jugador con mayor cantidad de asistencias de gol en ese país y que se presumía podía ser la compañía perfecta para Diego Buonannote, a quien en el Clausura 08’ le tocó cargar con el peso de llevar al equipo hacia varios triunfos. También se invirtió mucho dinero por el paraguayo Santiago Salcedo, quien demostró ser un gran delantero en Newell´s Old Boys, de Rosario, pero que aún está en deuda. Por último, llegaron Facundo Quiroga, proveniente de la Bundesliga y que lo mejor que ha hecho fue el bonito autogol ante Racing y Sebastián Abreu, que se estrenó con dos goles frente a Defensor tras su regreso después de un breve paso por el fútbol israelí.

Así es este River que tantas dudas genera, que carga con el peso de no levantar una copa importante desde hace ya varios años y por el que pasan jugadores y directores técnicos como si se tratara de un desfile de renombre que no logra nada; para después ser ellos mismos los primeros en irse estos entre sombras, cambiando el sentimiento de los hinchas hacia ellos y generando una zozobra cada día más difícil de eliminar.

En diciembre se sabrá si este plantel conformado a comienzos de 2008 y reforzado a mitad año es otro de tantos que pasa sin hacer mucho más que una aceptable campaña, pero también hay que dejar clara la idea de que en caso de ganar la Copa Suramericana no se acaba la crisis, pues de la institución siguen saliendo jugadores inconformes y la dirigencia no encuentra soluciones.