Nebulosa River



Por: Andrés Restrepo
email: andrespepo@gmail.com

Después de la dolorosa derrota que River sufrió ante Boca, las cosas no andan nada bien en el plantel de Núñez. Sus hinchas, que colmaron las tribunas del estadio Monumental el domingo, piden a gritos que se vaya el presidente José María Aguilar y que vuelva el Burrito Ortega, separado del plantel a mitad de año por Diego Simeone.

Y es que el aparente matrimonio entre las directivas y la hinchada, que había vuelto a la normalidad con la obtención del título hace tres meses, parece que se volvió a romper. Los malos resultados, la falta de fútbol y el último lugar en la tabla se sumaron a una nueva derrota, esta vez más dolorosa, ante Boca y con el estadio a reventar de hinchas millonarios.

La imagen es clara, un estadio enardecido por aficionados molestos, defraudados e impotentes, al ver que el equipo que meses atrás era el mejor del torneo, está en el fondo de la tabla y con los dos clásicos del año perdidos. Una justa razón para que las relaciones no sean las mejores y para que la posición de la hinchada sea clara y se vea reflejada en los silbidos generalizados que se escucharon la cancha.

Muchos criticaron la salida del “burrito” Ortega del equipo, pues era pieza clave en el plantel y una de las figuras más queridas por la afición. Tras su salida y el traspaso al fútbol de la B donde no la pasa nada bien, el jujeño es aclamado partido tras partido por la hinchada que lo vio nacer y crecer. Sin embargo, mientras tenga contrato con Independiente Rivadavia de Mendoza y el “Cholo” Simeone esté a cargo del equipo, es utópico pensar en una vuelta a Núñez.

Otra cosa que ayudó a que los aficionados se divorciaran otra vez de dirigencia y cuerpo técnico y jugadores, es la permanencia en la presidencia de José María Aguilar. El presidente que bajo su mandato ha tenido más errores que aciertos, quiso tapar el sol con un dedo. Con la celebración de título 33 en la historia de River Plate, quedaron cubiertos los malos resultados de años atrás, la crisis interna que existía entre sectores de la misma hinchada y varias denuncias de irregularidades en la venta de jugadores al exterior.

Una nebulosa que cegó tanto a los seguidores del equipo de la banda cruzada, como a la propia opinión pública, que vieron a un sólido campeón en el clausura y se olvidaron de los problemas que atacaban al Club millonario. Ahora con un panorama aun más oscuro que en el pasado, las cosas parecen ponerse cada vez peor. Rumores sobre la posible salida del Cholo, descontento de la hinchada hacia el plantel y la dirigencia, y un camino sin salida de donde muy difícil salga. Sin posibilidades en el torneo local, solo le queda la esperanza de ganar la Copa Sudamericana, esa que se le escapó en el 2004 ante Cienciano del Perú.