Por: Andrés Restrepo
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Se viene un nuevo súper clásico en Argentina. River y Boca enfrentados una vez más en un duelo que tiene historia, prestigio y mucho por jugar. Sin embargo, esta vez, lo único que está en disputa es el honor.
Tanto millonarios como Xeneizes tienen un presente que no es el mejor, ambos están lejos de punta de la tabla y con un fútbol que preocupa a los propios hinchas y a quienes sentimos el fútbol como un estilo de vida, más que una pasión.
Por su parte River no es ni la sombra de aquel equipo que salió campeón en junio. A su peligrosa ofensiva se le mojó la pólvora, su defensa hace humo cada vez que tiene que frenar un ataque rival, situaciones que tienen al campeón argentino viviendo la otra cara de la moneda. Es último en el apertura y prácticamente esta resignado a seguir luchando por el campeonato.
Por el otro lado, Boca empezó bien, pero las lesiones de varios de sus jugadores hicieron que su fútbol ofensivo y peligroso fuera decayendo. La confianza que el DT le depositó a los pibes parece que está colmando la paciencia de los hinchas que ven como la punta del campeonato está cada vez más lejos.
Sin embargo, clásico es clásico, es un partido aparte, donde lo único que importa es ganar. No importa cómo, ni quién hizo los goles, lo que realmente premia a la hora de jugar un superclásico es derrotar a su rival, humillarlo, y restregarle en la cara la victoria.
Desafortunadamente, esta versión del clásico más importante de Sudamérica, no va a estar rodeada por la lucha por el campeonato, ni por un buen lugar en la tabla de posiciones. Por el contrario, los puntos son lo de menos en este partido que se viene y que ya se palpita en la capital argentina.
Tanto riverplatenses, como boquenses quieren los tres puntos, los necesitan. Solo una victoria puede apagar la crisis que se vive en ambos equipos. Por un lado la falta de resultados en el equipo de Nuñez que lo tiene en una vergonzosa posición y por el otro todo el escándalo Xeneize que dejó ver las internas entre los jugadores del equipo de la rivera.
Ya se agotaron las entradas para ver a los más grandes de la Argentina, a pesar del clima atípico que se respira previo al derby, ya que a mitad de semana hubo fecha de eliminatorias y distrajo a la gente, no obstante, este partido paraliza a la mayoría de los hinchas del país del choripan.
Habrá que esperar qué resulta de este nuevo superclásico, si River gana y salva el semestre, o por el contrario se dedica a la Sudamericana y deja en el olvido un semestre nefasto. Ó si Boca gana y empieza a repuntar en el campeonato o se hunde en su propia tormenta que desde adentro hacen trastabillar el barco Xeneize que navega “Popeye” Ischia.