Con la plata en el bolsillo y el equipo sin finales

Por: Sebastián Heredia Ferro
sebastianheredia@hotmail.com

La eliminación de Santa Fe, desde la fecha 15 del campeonato se veía venir, estaba más claro que la llegada de su actual técnico un mes antes de que se acabara el primer torneo del año. Con un equipo que empezó demostrando trabajo y solidez defensiva, pero que terminó demostrando lo que es jugar mal al fútbol y tratar mal a la pelota, el señor Hernán Gómez y las directivas fracasaron en el 2008.

Todo empezó a finales de mayo, cuando el equipo cardenal era bien dirigido por el técnico Fernando Castro, y a esta altura del campeonato ya estaba clasificado a las semifinales del torneo, y su camerino fue saboteado por un periodista deportivo (Carlos Antonio Vélez) para así poder sacar del banco a su enemigo, y darle las riendas del equipo a un amigo suyo del alma, el “bolillo” Gómez. Las aspiraciones para el titulo eran bastantes aunque el remate de la primera ronda no fue el mejor.

El ambiente que se vivía en el equipo era bueno, hasta que la mano invisible de este periodista que tanto le hace mal al fútbol bogotano entró y desarmó un proceso ya pactado entre directivas, cuerpo técnico y jugadores. Se acabo el torneo, el equipo no clasificó a la final y el “pecoso” Castro fue despedido de su cargo por parte de la junta directiva cardenal. Los directivos insistieron que nunca se manejó el nombre de Gómez como nuevo adiestrador y que mucho menos se conversó con él antes de la culminación de la campaña de Castro, todo esto dentro de una gran mentira y una suspicaz manipulación hacia la hinchada.

Semanas después Hernán Darío Gómez fue presentado como nuevo técnico santafereño, y con esa infaltable sonrisa hipócrita que siempre tiene para darle a la prensa e hinchas, aseguró que él no venía por el titulo el primer semestre, sin embargo esa fue la primera petición que se le hizo al anterior técnico y fue esta la razón por la cual se prescindió de él. Además dijo que venía a trabajar y a dar la pelea, que su equipo los primeros partidos no iba a jugar bien y que encontraría un rumbo (todavía se espera ese rumbo) con el pasar del tiempo.

El debut del técnico paisa en Bogotá, fue el más esperado por él y por toda la gente que rodeaba al expreso (incluyendo también al famoso periodista aunque solo meta sus narices para acabar con todo), le ganó al peor Nacional que ha pasado en mucho tiempo por la capital, un equipo verdolaga dirigido por su hermano “Barrabas” que se fue con 5 goles en contra en su primer partido. De ahí para adelante la historia en Bogotá fue la misma, ese equipo ofensivo, goleador y gustoso no se volvió a asomar por la 57, lo que apareció fue una equipo pobre en ataque, sin volumen de juego, sin una propuesta clara y demasiado descifrable, un equipo que se dejaba encerrar por los equipos visitantes, y que peleaba un triunfo en el último minuto, o defendía a muerte un empate con los equipos de poco nombre que pasaban por la ciudad. De visitante, Santa Fe hacía la misma propuesta que en Bogotá, y salvo el partido con el Once Caldas, el equipo no mostró nada nuevo, y sólo pudo ganar un partido fuera de su cancha. Por otro lado el equipo en 18 partidos marcó sólo 18 goles, contando las dos goleadas en Bogotá que le propició al ya mencionado Nacional, y a un desganado y desastroso Cúcuta Deportivo en la penúltima fecha del campeonato que se llevó 3 de la capital.

La parte futbolística planteada en el trabajo de Gómez nunca convenció, y por esos sus hinchas pocas veces acompañaron masivamente al equipo, con el adherente de que el Bolillo cada vez que daba declaraciones atacaba a la hinchada por chiflar al equipo, cuando el equipo juagaba horrible o criticaba a los medios por decir que su equipo no jugaba a nada.

Pero la culpa no sólo la tiene el técnico, los jugadores también hacen parte de los directos responsables de la eliminación aunque con un menor porcentaje, pues este mismo plantel clasificó sin ningún problema a los cuadrangulares finales del apertura 2008. Además están los directivos, ellos son la cabeza visible del equipo y esa cabeza falló. Falló al sacar al pecoso sin ninguna causa clara, falló al hacerles caso a periodistas con intenciones personales, falló al respaldar la posición de Gómez de no tener como único objetivo el campeonato.

Por ahora sólo falta esperar la determinación de quien será el técnico de Santa Fe, si seguimos en este proceso sin rumbo de la mano de un técnico que dice ser ganador, que embauca con esa sonrisa hipócrita y se embolsilla cada quincena 60 millones de pesos para que el equipo quedé eliminado, o se trae un técnico que la gente quiera y tenga ganas de un titulo, que sea un técnico ganador, pero si el primero se queda debe comprometerse a tener como único objetivo la séptima estrella.

Estamos a tiempo de resarcir los problemas y crear un nuevo proceso serio y prometedor, con jugadores competentes y con hambre de gloria, aislarse de los comentaristas mal intencionados y rendirle cuentas únicamente a los hinchas, que son verdaderamente quienes deben estar primero para el equipo.