El Guille de la gente

Por: Cristian Mejía
chmejia@hotmail.com

Cuando salió por primera vez a una cancha de fútbol, vestido con el uniforme de Gimnasia y Esgrima de La Plata, no se imaginó que iba a tener una carrera tan exitosa y tan satisfactoria. Ese día quedará guardado en la memoria de los que un futuro gritaron, lloraron y se emocionaron con sus goles.

Aunque su primer gol en Primera División tardó un poco (ante River Plate, equipo que después lo tendría como uno de sus “peores enemigos”). Su paso por “El Lobo” fue muy importante, jugó seis temporadas y marcó 45 tantos. Su carácter y su facilidad para marcar goles hicieron que se convirtiera en un ídolo sin haber conseguido título alguno.

Ese ímpetu hizo que Boca Juniors lo contratara y lo llevara a formar parte de una nómina de lujo dirigida por Héctor “El Bambino” Veira. No comenzó bien, sus primeros partidos en el club azul y oro, los vivió desde el banco de suplentes y cuando jugó, no pudo demostrar por qué había sido traído.

Con la llegada de Carlos Bianchi a la Ribera “el mellizo” tuvo su lugar en el equipo titular y junto a Martín Palermo hicieron una dupla letal que contribuyó a la obtención del apertura 98, del clausura 99 y de una serie de 41 partidos sin conocer la derrota. Pero también América y el mundo conocieron a este jugador, que fue clave para ganar la Copa Libertadores en dos oportunidades (2000-2001) y La Copa Intercontinental en el 2000.

Con tantos títulos, se fue Bianchi y la mayoría del plantel; se quedaron muy pocos y no tuvieron la misma suerte de ese exitoso plantel. Pasó el uruguayo Washinton Tavarez; le dio la capitanía al “Mellizo”, pero las lesiones no dejaron que la hazaña se volviera a repetir.

La falta de títulos, fue importante: volvió Carlos Bianchi y así mismo, los títulos y las vueltas olímpicas en América y Japón. A diferencia del primer ciclo, el único abanderado era Guillermo. Sus ganas de quedarse en Boca, de no irse a otro club en Europa, ganar todo nuevamente y ser fundamental en todo los clásicos ante River Plate, lo convirtieron en el consentido de la hinchada y la dirigencia Xeneize.

Un subcampeonato de Copa Libertadores hizo que “El Virrey” diera un paso al costado y llegara un ídolo al banco de Boca, Miguel Brindisi fue el escogido y Guille fue escogido como capitán, pero los malos resultados y la derrota en el Super Clásico, fueron fundamentales para que Brindisi dijera adiós.

Boca sólo peleaba la Copa Sudamericana; así que apostó por un técnico interino; el encargado de conducir este plantel fue Jorge Benitez; que después de haber ganado el torneo continental fue ratificado por la dirigencia y en el 2005 fue nombrado nuevo director técnico. Su primer error: sacar a Guillermo. La hinchada se le fue encima y sin pensarlo dos veces, dejo al “Guille” en el equipo titular; quedó en el puesto 13 y en la Copa Libertadores quedó afuera en el innolvidable partido ante Chivas de Mexico.

Llegó Alfio Basile y su primer día en Casa Amarilla dijo: “Voy hacer un equipo de memoria” y efectivamente así fue, lo malo: Schellotto vio la temporada desde el banco, pero las veces que entró fue clave y gracias a sus intervensiones Boca rescató puntos muy importantes. Un ejemplo: los cinco minutos ante River en el que hizo expulsar a un jugador y le hiceron un penal, que salvó la tarde.

Fue un ciclo exitoso, ganó todo nuevamente y el cariño con la gente creció. Pero futbolisticamente no estaba bien, jugaba muy poco y no tenía confianza cuando entraba a la cancha. Así fue con Miguel Russo; por temporada jugaba minutos contados y eso no era bueno para él. Por eso, en 2007, prefiere irse a la MLS al Columbus Crew. Llegó como el gran refuerzo, con miles de personas en su presentación.

Le costó un poco la adpatación, tuvo lesiones pequeñas, pero este año estaba 10 puntos y por eso fue escogido como el jugador más valioso; además de eso, fue fundamental para darle el título a su nuevo equipo.

Si ha perdido velocidad, eso no importa. A donde llegué será bien recibido y siempre demostrará con fútbol y “fuerza testicular” todo lo que sabe. Sin duda alguna, un personaje único en el fútbol, amado y odiado por muchos. Ahora en La Plata y en Buenos Aires esperan su regreso, lo quieren como Director Técnico o por qué no como jugador.