Derby multiorgásmico

Por: Andrés Restrepo
andrespepo@gmail.com

Ganar un partido siempre trae felicidad y más si se trata de un derby. Ganarle en su casa al rival de siempre, por goleada y con una muestra de fútbol en su máxima expresión poética, trae más que felicidad, trae alegría desbordada, satisfacción y un placer casi sexual.

Como diría alguna vez el chileno Iván Zamorano, “hacer un gol es como tener un orgasmo”. Y el Barcelona 2009, dirigido por Pep Guardiola, le llenó la portería al Madrid en seis oportunidades, una mejor que la otra, como una relación sexual entre jugadores e hinchas que le regalaron a su afición un partido multiorgásmico e inolvidable en la historia del fútbol español.

La genialidad de Messi, la velocidad y precisión de Henry, el manejo de pelota de Xavi, la garra catalana de Puyol y de todo un equipo que pensando en ganar, siempre en ganar, ultrajó al Real Madrid en una Liga que, ahora después de la victoria azulgrana, está casi definida.


Y es que el triunfo del Barcelona por 6 a 2 el fin de semana pasado, no solo lo acercó más al título de Liga, sino que dejó ver su supremacía futbolística, demostrando, sin miedo a equivocarme en mis palabras, que es el mejor equipo del mundo, lejos. Eso lo sienten sus hinchas partido a partido, los culés, que acompañaron al Barcelona en el Bernabeu, que celebraron sin parar en el aeropuerto y los que recibieron y armaron carnaval en la capital catalana.

Sin duda, una de las mejores victorias del equipo azulgrana, incluso más que la Champions que le ganó al Arsenal. Una fiesta inolvidable por el fútbol que mostró, por la humillación a su eterno rival, porque es el equipo casi perfecto, del que todos hablan y del que vale la pena ver cómo juega.
Un triunfo con tintes de hazaña, pero viendo la nómina y la calidad del Barcelona, de hazaña no tiene nada, pues son bastante superiores a cualquier equipo que se le pare en frente. Ese es el equipo a vencer en la Liga y también en la Champions.

Un juego envidiable que da gusto ver, de esos que por allá en los años 50 llamaban el “ballet azul” de Millonarios. En los 60, la “maquina” de River Plate. En los 70, el Santos de Pele y la “naranja mecánica” de la Selección holandesa.

En los 80, la Juventus de Platini. En los 90 el Milan y Barcelona que fueron imparables. Hoy a puertas de una nueva década, no hay otro equipo que le haga la contra al azulgrana, al menos en España. De jugar así siempre y de ganarla a rivales de gran talla, este equipo pasará a la historia como uno de los mejores que jamás se haya visto y tiene con qué. Solo la historia lo dirá si seremos testigos del mejor juego de todos los tiempos.