El único título que sirve es el de campeón.


Por: Sebastián Heredia Ferro

Para nadie es un secreto que Boca Juniors es un especialista en la Copa Libertadores, campeón en repetidas ocasiones y con presentaciones casi perfectas en partidos inolvidables, pero en dónde queda la participación en el torneo local, liga en la cual, el amplio poderío de títulos pertenece a su archirrival River PLate.


Este año en la quincuagésima edición de la Copa Santander Libertadores la participación de los equipos argentinos fue masiva, como suele ser cada año, pero para sorpresa de muchos, de los cinco participantes, sólo clasificaron dos, entre los cuales está el gran favorito al título Boca Juniors. Al equipo xeneize, esta vez la suerte le jugó una buena pasada y lo puso en un grupo relativamente fácil y accesible para la clasificación a los octavos de final de la Copa. 15 puntos de 18 posibles, lo ubicaron como líder de su grupo.


Pero no todo es claro y tranquilo para el equipo dirigido por el “pelado” Carlos Ischia, pues su presentación dentro de la Liga Argentina ha sido mala, por no decir vergonzosa, sólo ha ganado tres partidos, ha empatado los mismos, y ha caído cinco veces, resultados que lo ubican en la posición número 15 de la tabla y sin posibilidad de pelear el título del clausura. No porque las opciones matemáticas (que son remotas) no lo permitan, sino porque la forma en la que juega y la forma en la que afronta el torneo local no es la ideal.


Además de tener que atender dos torneos paralelos, cosa que no ha sido problema para Boca en los últimos años, este semestre Ischia y su cuerpo técnico no han corrido con suerte, pues su plantel es un verdadero hospital y ha sido necesario dar una mirada a la cantera para que sean los jugadores jóvenes, los que le pongan frente a la difícil situación futbolística del equipo en el torneo argentino.


Aunque la rotación en los planteles es algo casi que obvio, Boca no ha dado resultado, pues en la Copa juegan los experimentados y apenas cumplen porque el equipo no juega bien. Pero cuando llega el momento de mezclar experiencia con juventud el experimento, a diferencia de los otros semestres, no ha dado resultado. Además el actual campeón argentino evidencia una clara dependencia de su máximo referente, Juan Román Riquelme, quien lleva casi un mes lesionado y sin poder entregar todo su talento y experiencia dentro del campo.


Ischia tomó una sabía decisión, dejar a un lado el torneo local, aclarando que no quiere salir último y que se hará todo lo posible para que Boca vuelva a ganar en el torneo y recupere su jerarquía.

Pero sus fuerzas, conocimientos y mejores hombres estarán dispuestos para la Copa, para una difícil fase de eliminación que se le avecina. Volver al buen fútbol, ganar partidos son objetivos claros en la cabeza de todo Boca, porque si no se gana la Libertadores, será un semestre perdido, pues no se pudo ganar el clásico y tampoco el torneo local.